Comenzamos esta nueva serie de posts, hablando sobre inversiones económicas.
A raíz de la fiebre de las criptomonedas, he decidido abrir una cuenta en una
conocida casa de cambio y comprar algunos ETH.
Después de abrir la cuenta y mandar la documentación pertinente, se me
presentó una preciosa ventana con un gráfico histórico de la cotización del
cambio Bitcoin / USD. En ella pude ver las herramientas chartistas
clásicas que cualquier broker bursátil pone en las manos de sus inversores, para
que "tomen decisiones de inversión".
En la práctica esto supone poner una pistola en las manos de un mono loco, pues las herramientas de análisis técnico bursátil, pretenden la ilusión de que
a partir de la información pasada vamos a conocer la tendencia futura de un valor.
Esto es simple y llanamente falso. Conducir un coche mirando al retrovisor, pensando que así adivinaremos en qué dirección estará la siguiente curva, es una locura.
Los brokers lo saben, las casas de cambio lo saben y cualquier inversor mínimanete formado lo sabe. Pero estas personas animan a los inversores noveles a que sientan que están a los mandos de poderosas herramientas que les permitirán acceder a la "libertad financiera" haciendo de pitonisos del mercado. Lo que subyace a todo esto es el negocio real de los brokers: obtener comisiones por cada operación de compra-venta.
A ellos les da igual si ganas o si pierdes. El broker siempre gana y gana más cuanto más muevas tu dinero de un sitio a otro. Por eso te dan la ilusión de control, la ilusión de que puedes predecir el futuro y así ganarás dinero.
Legalmente, todo broker está obligado a advertir a los inversores que "beneficios pasados no representan beneficios futuros". ¿Algún inversor ha hecho caso a esa advertencia?
Todo esto nos lleva a la segunda parte: ¿Hay alguna alternativa al mercado de valores? Mi tesis es un tanto atrevida, pero considero que merece la pena ser tenida en cuenta.
Para invertir dinero es necesario tener en cuenta el horizonte temporal de nuestra inversión así como el riesgo que estamos dispuestos a asumir.
Supongamos que queremos comprar 10.000€ en acciones de un banco con la esperanza de disponer de ese dinero, más los beneficios, dentro de 10 años.
¿Qué riesgo estamos dispuestos a asumir?
Podemos ver gráficas del Banco Santander y comprobar que hace 10 años su acción valía 4 € y actualmente (Agosto del 2017), vale 5,5 €.
Esto equivale a un beneficio de 3.750 € en 10 años, a los que habría que descontar la parte fiscal.
Evidentemente, podría suceder lo contrario y podríamos perder parte o toda la inversión en esos 10 años, si la empresa hubiese ido mal. Y eso es algo que, como hemos dicho, no podemos conocer de antemano.
Para evitar perder todo nuestro capital, se suelen emplear los STOP-LOSS, que son órdenes dadas a nuestro broker para deshacer la operación cuando el valor alcance cierto valor. En esta caso, supongamos un stop loss del 50%. Es decir: asumimos un riesgo de perder 5000€.
Equivalencia con la ruleta:
¿Por qué tenemos que esperar 10 años a obtener el resultado (positivo o negativo) de nuestra inversión? Si sabemos que no podemos predecir el futuro y que toda inversión subirá o bajará por causas externas a nuestra posibilidad de conocimiento, aceptaremos que toda inversión depende del azar.
Entonces, podemos usar un juego de azar para replicar el comportamiento de nuestra inversión. ¿Qué tal la ruleta?
En la ruleta, podemos apostar al rojo o al negro, teniendo en cuenta que hay un 49% de probabilidades de duplicar o perder la inversión realizada.
Inversión: 10.000 € , stop-loss: 5.000€, horizonte de beneficio: 3.750€
Con estos datos, podemos hacer la siguiente apuesta en la ruleta:
3750 € al rojo
Si ganamos, obtenemos 3750 € de beneficio.
Si perdemos, perdemos 3750 €.
Si deseamos ajustar el riesgo a nuestro stop loss, deberemos entonces hacer
una única apuesta de 5.000 €.
¿Donde está el problema?
El problema de esta aproximación a las inversiones no es matemático, sino psicológico. Mantener una inversión en acciones durante 10 años, impide disponer de ese dinero para otras inversiones. No podemos malgastarlo.
Hacer una única apuesta en la ruleta, en un minuto, abre la posibilidad a dejarse llevar por las emociones y seguir apostando, dilapidando todo el dinero de la "inversión".