Concluida la prueba, aunque ambos grupos habían inhalado la misma proporción de dióxido de carbono, mientras que sólo el 20% de los voluntarios que imaginaban que tenían el control sufrieron ataques de pánico, el 80% de los que pensaban que no controlaban el aire que inhalaban tuvieron ataques.
Experimentos como el descrito demuestran que las personas que disfrutan de un razonable sentido de control sobre sus circunstancias, y consideran que ocupan “el asiento del conductor”, aunque esto sea fantasía, se enfrentan más positivamente a los problemas que quienes piensan que no controlan sus decisiones o que éstas no cuentan.
Bruno Bettelheim, autor de Sobrevivir, donde habla del comportamiento del individuo en situaciones límite, tales como las que le tocó vivir en campos de concentración , lo expresó de esta manera: “El dolor, por fuerte que sea, se hace más llevadero si uno está convencido de que con el tiempo se curará. La peor calamidad es tolerable si uno cree que pasará. La angustia más penosa se alivia tan pronto como la tranquilidad está al alcance de la vista.”
Uno de los campos de investigación de la psicología de las creencias es el llamado «locus de control». Las personas con un alto locus de control externo suelen creer que las circunstancias están fuera de su control y que las cosas, simplemente, les suceden. Por el contrario, las personas con un alto locus de control interno suelen pensar que controlan sus circunstancias y que son ellas las que hacen que las cosas ocurran.
Un locus de control externo conduce a una mayor ansiedad frente al mundo, mientras que el locus de control interno lleva a confiar más en los propios juicios, a mostrarse escéptico ante la autoridad, a ser menos gregario y conformista con las influencias externas. Con relación a las creencias, los estudios muestran que los escépticos tienen un alto locus de control interno mientras que los crédulos tienen un elevado locus de control externo.
Sin embargo, se dio un interesante giro a lo que parecía indicar la intuición, con un estudio sobre personas que creían firmemente en las experiencias extrasensoriales, la videncia y que además las practicaban. Sorprendentemente, este grupo tenía un alto locus de control interno. ¿Cómo era eso posible?
Se propuso la siguiente explicación: «A raíz de estas creencias (percepción extrasensorial) los problemas de la persona pueden volverse menos difíciles y más solubles, disminuye la probabilidad de sucesos impredecibles y se alberga la esperanza de que se puede influir en las decisiones políticas y gubernamentales».
Es decir, creer con firmeza en la percepción extrasensorial, lo cual, normalmente, conlleva creer que uno goza de ella, cambia el locus de control, que pasa de ser externo a ser interno.
También el entorno mitiga la influencia del locus de control en las creencias, porque existe una relación entre la incertidumbre de un entorno y el nivel de creencias supersticiosas. Cuando la incertidumbre crece, también aumenta la creencia en las supersticiones.
El padre de la antropología social, Bronislaw Malinowski (1954) descubrió que cuanto más se internaban en el océano para pescar, los habitantes de las islas Trobriand (junto a las costas de Nueva Guinea) más rituales supersticiosos realizaban. En las tranquilas aguas de la laguna interior, los rituales eran muy escasos.
En las peligrosas aguas de alta mar, los habitantes de las islas Trobriand también practicaban la magia. Malinowski llegó a la conclusión de que el pensamiento mágico derivaba de las condiciones del entorno, no de estupideces internas: "Vemos magia donde los elementos de azar y accidente, y el juego emocional entre la esperanza y el miedo, tiene un gran alcance. No vemos magia donde la búsqueda es segura, fiable y está bajo el control de métodos racionales y procesos tecnológicos."
No resulta pues, extraño comprender una de las razones del progresivo abandono de la religión por buena parte de las sociedades avanzadas: a medida que aumenta la capacidad científica y tecnológica, que nos permite domar los elementos, curar las enfermedades y obtener alimentos abundantes, nuestro locus de control interno es más elevado.
Parece que el papel de Dios como destinatario de las peticiones de favores y milagros desesperados se reduce o desaparece. Y la religión organizada, entendida como intermediaria de esa fe de incertidumbre y miedo, de a tantos euros el kilo de milagro, también. No obstante, ni ciencia ni técnica son capaces de detener totalmente el envejecimiento o impedir toda desgracia, con lo que el ser humano sin recursos intelectuales volverá de nuevo sus ojos a la religión, que estará siempre dispuesta a ofrecerle su tan necesaria dosis de locus externo.
Fuentes:
Luis Rojas Marcos (2005) - Desesperanza Aprendida
Rotter, J. (1966) - Generalized expectancies for internal versus external control of reinforcementsChristopher H. Whittle (2004) - Development of Beliefs in Paranormal and Supernatural Phenomena
Wikipedia-> Bronislaw Malinowski
Luis Rojas Marcos (2005) - Desesperanza Aprendida
Rotter, J. (1966) - Generalized expectancies for internal versus external control of reinforcementsChristopher H. Whittle (2004) - Development of Beliefs in Paranormal and Supernatural Phenomena
Wikipedia-> Bronislaw Malinowski
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