jueves, 14 de octubre de 2010

De cómo ceder tu voluntad y dar las gracias por ello


Allá por el 1651 un tal Thomas Hobbes, escribió un tratado político tan influyente que sus palabras aún resuenan en la actualidad. Se consideraba a sí mismo como el primer filósofo civil y se inició en el pensamiento científico al toparse con un ejemplar de Elementos, de Euclides, a la temprana edad de 40 años, al dar con un teorema que no logró comprender.

De ahí empezo a aplicar la lógica geométrica a la teoría social partiendo de un primer principio que, segun él, decía: El universo está compuesto de materia en movimiento.

Su segundo principio rezaba que: toda vida depende del "movimiento vital". Idea que extrapoló de la descripción de la circulación y distribución de las sangre a través del bombeo del corazón, de su contemporáneo Dr. William Harvey.

El "razonamiento" continúa: Puesto que todas las ideas sencillas se originan en los movimientos sensoriales básicos (¿?), las complejas se originan a partir de las sencillas y por lo tanto, toda idea es un tipo de movimiento del cerebro que llamamos recuerdo. Cuando el movimiento desaparece, también desaparece la memoria.

Los humanos estamos en movimiento, impulsados por pasiones, apetitos (placer) y aversiones (dolor) que mantienen el movimiento vital de la propia vida. Para conseguir placer y evitar el dolor uno necesita poder.
En el estado natural, todos son libres de ejercer el poder sobre otros para obtener más placer y esto lo llamamos Derecho Natural. La desigualdad de las pasiones de los individuos que viven en estado natural es lo que conduce a la guerra de todos contra todos.

Hobbes imagina la vida sin el gobierno del Estado, y escribe: "En esas condiciones no hay lugar para la industria porque sus frutos son inciertos [...] no hay cómputo del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad, sino, lo que es peor, miedo permanente y peligro de muerte violenta, y la vida del hombre es solitaria, pobre, sucia, brutal y breve"

Jóvenes brutales y violentos, 'luchando' entre ellos con almohadas

Afortunadamente, dice Hobbes que el ser humano puede razonar y gracias a la razón, modificar el derecho natural a favor de la "ley natural", de la cual surge el contrato social. Este contrato social pide a los individuos que cedamos todos nuestros derechos, excepto la defensa propia, al soberano, quien sólo es responsable ante Dios.

Comparando esto con la guerra
de todos con todos, que un soberano presida el Estado es algo mucho mejor y la base de la sociedad racional en la que la paz y la prosperidad son sostenibles a escala masiva.

Y colorín colorado, con este cuento tan divertido, basado en que "todo se mueve" y "los hombres sin gobernante se matan a palos", los países del mundo occidental fueron regulados y controlados. Pero entonces vino Locke.


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